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El fútbol no está al alcance de todos #Opinión


Fernando Salinas // #SociedadDelEspectáculo


Una de las causas de la agonía de la televisión es la transición de las empresas de entretenimiento hacia plataformas digitales como Netflix, Disney Plus etc. El mundo de los deportes no es la excepción y desde hace algún tiempo, los dueños de ligas futboleras tomaron la decisión de retirar partidos de la señal abierta y trasladarlos a estos mismos servicios.


Esto es un parteaguas en la historia del fútbol, pues bien sabido que en el pasado algunos deportes se destinaban totalmente a la televisión por cable (básquetbol, natación, tenis etc.) Sin embargo, lo mismo no ocurría con el fútbol.


El rey por excelencia de los deportes siempre ha gozado de un alcance en los medios envidiable y es uno de los mayores atractivos de las cadenas televisivas abiertas, al menos hasta ahora.


Lamentablemente con la adquisición de los derechos de transmisión, por citar un ejemplo, de la Liga MX a manos de servicios como Fox Sports Premium, VIX y otros más, un 95% de los partidos se distribuyen entre los mismos, mientras el porcentaje restante se despacha a las televisoras que suelen ser partidos atractivos solo para las aficiones minoritarias.


Aunque el presidente de la Liga, Mikel Arriola, mencionó que esto es una estrategia para atraer a una mayor audiencia utilizando las plataformas de streaming como cebo, su frase: «La Liga MX no se va de la TV abierta» no termina por convencer a muchos pues suena más a una táctica tranquilizadora que a un hecho real. Por donde se le vea, a día de hoy no hay marcha atrás en la decisión de mudarse a las plataformas emergentes.


Si dejamos a un lado la actitud pesimista por un momento y le creemos a este señor, las preguntas comienzan a aparecer y una de ellas es: ¿Por qué no hacerlo bajo otros métodos? Pienso que promocionar los canales televisivos donde se transmiten los partidos es más coherente. Recursos y expertos en marketing le sobra a esta gente para planificar mejores soluciones. Por el contrario, les parece lógico atraer audiencias totalmente ajenas al deporte mediante servicios que pagarán, en primer lugar, los aficionados, aquellos gustosos del fútbol ¿Se entienden las intenciones detrás de estas acciones? Detrás de esta estrategia de marketing los únicos perjudicados son ellos pues serán obligados a contratar más servicios, una situación que ya ocurre. Por donde se le mire las afirmaciones de Mike caen en duda con solo analizarlo detenidamente.


Este pensamiento se intensifica aún más si miramos un poco hacia el pasado. La gente de buena memoria recordará como un lustro atrás medios especializados en deporte ya advertían está situación, la cual se llevaría a cabo de forma tan sutil que sería imperceptible por la mayoría hasta que fuese demasiado obvio para pasar desapercibido.

Ya estando en esta situación ¿Qué sigue?


Se necesita desembolsar, aproximadamente, unos $500 mensuales para disfrutar la variedad de partidos. En una crisis económica mundial, el mexicano promedio, aquel que no puede comprarse una canasta básica completa producto de un salario mínimo ridículo, es incapaz de contratar tres, dos o incluso uno de estos servicios.


El reto que afrontan los consumidores de este deporte es maquinar soluciones ante la situación con dos escenarios posibles: ajustar un poco más la billetera para adquirirlos o decir adiós temporalmente al fútbol.


Aquellos esperanzados en las palabras de Arriola pueden seguir esperando que los viejos tiempos regresen. Pero nada es eterno y hoy, en México, el fútbol no está al alcance de todos.


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