Por: Fernando Salinas
No podía desaprovechar el boom de la película del plomero más famoso de las últimas décadas para hablar también de la compañía de videojuegos más popular del mundo.
La poderosísima N ha logrado levantar un emporio después de la regazón que hizo Atari, y a pesar de las múltiples crisis que ha sufrido, siempre termina como ganadora ante la competencia. Por más que sus haters y detractores han hablado una y otra vez de la supuesta caída del imperio nipón, como diría CR7: las estadísticas no mienten.
Ya sea en el terreno de las sobremesas o portátiles, Nintendo arrasa. Cuando vendieron el humo de la PSP en los 00’ como “la consola que acabaría con todos los récords del Game Boy Advance”, el DS no solo terminó venciéndolo en concepto, ventas y longevidad, sino que venció a su propio hermano, el Game Boy y se convirtió en la portátil más vendida de la historia, y la segunda en general.
Historias similares se han dado a lo largo de la historia. Con el éxito de la PSX y PS2 se pensó que sería el final de Nintendo, pero nada más alejado de la realidad, pues el Wii fue el contundente ganador de la quinta generación.
El hecho de que venciera la barrera de la edad, en la que adultos y niños pudiesen jugar, y de esta forma vencer el paso generacional, habla de un elemento que siempre ha estado en el ADN Nintendero: la innovación.
Lo hicieron con el concepto de Mario Bros y The Legend of Zelda en la NES, presentándonos mundos revolucionarios. Fueron los mismos que lanzaron el GameBoy Color, que pintó de vida los mundos de las portátiles; los que dieron el salto a los 64 bits, con espacios tridimensionales que enriquecieron los videojuegos, y los convirtieron en lo que son hoy en día. Cuyo desarrollo y experimentación ha inspirado un nuevo concepto para entender la realidad y desarrollarnos como un conjunto social: el metaverso. Fueron, además, los que diseñaron el control más cómodo del mundo (el del GameCube) que a más de 20 años sigue siendo compatible con consolas recientes debido a la alta demanda por parte de los usuarios; los que trajeron el efecto 3D y lo pusieron de moda con la 3DS; y más recientemente, han hecho la hibridación entre portátil y sobremesa, siendo este concepto el que ha convertido a la Switch en la tercera consola más vendida de todos los tiempos.
Podría pasar páginas hablando de la forma en la que Nintendo se ha afianzado en el corazón de los jugadores durante más de cuatro décadas, con técnicas de innovación y clásicos en su haber que hasta el más grande hater de Nintendo conoce. Sin embargo, creo que con este pequeño repaso por la historia de la gran N queda claro que esta no es una compañía pequeña e irrelevante a día de hoy, es incluso mucho más grande que Sony y Microsoft por el impacto nostálgico que hay detrás. La historia y la nostalgia golpean fuerte. Apuesto que más de uno en su juventud echó la reta en un clásico NES, Nintendo 64 o Game Cube. O ya si somos un poco más sinceros, los que tuvieron consolas con cartuchos que tenían como título: 1000 juegos, aunque se tratase de los mismos cinco o seis del catálogo de la NES repetidos.
Esa clase de memorias nos habla del legado de una empresa, del éxito que alberga consigo, el suficiente para que con el pasar de las décadas nada sea olvidado y todo siga siendo consumido tanto por los veteranos como las nuevas generaciones. Recordemos que para jugar videojuegos no hay un límite para la edad, y para preservar legados solo hace falta hacer las cosas correctas y debidas en su momento.
El legado de Nintendo es innegable
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