Pongamos todo en perspectiva // Carlos Villalobos
Cuando en la telenovela colombiana “Betty la fea”, el Personaje de Patricia Fernández dispara la icónica, pero muy latinoamericana, frase “la pobreza me respira en la nuca Marce” refleja algo a lo que nos tenemos que enfrentar cuando una crisis económica está cerca del panorama, eliminar “ciertos lujos” que son prescindibles, en una realidad cada vez más cara.
Si bien es cierto que la industria del Video On Demand (VOD), es decir ver películas o series a través de plataformas de streaming, se ha vuelto extremadamente rutinario lo cierto es que debido al intenso panorama económico todo parece indicar que siempre sí podemos vivir sin ellas, o al menos es lo que en muchos hogares mexicanos ya está sucediendo en estos momentos.
México se ha caracterizado por ser un mercado dispuesto a gastar en ocio, incluso más que en países desarrollados, colocando de esta forma al país como uno de los mercados más importantes de consumo de contenidos multimedia a través de plataformas en internet. Para muestra un botón: de acuerdo a encuestas y estudios realizados por la firma de investigación de mercados y análisis de datos YouGov, al menos el 62% de la población consumió contenidos bajo demanda.
Sin embargo, la crisis económica luego de la pandemia por COVID-19 ha puesto en aprietos a usuarias y usuarios que aman “maratonear” o que, después de un día exhaustivo de trabajo, buscan olvidar la realidad con una serie, ya que dentro de los encuestados nacionales al menos el 70% de los consultados han cancelado alguno de los servicios de streaming que tenían contratos, principalmente para reducir gastos en el hogar.
Para hacer esto más accesible, a través de mis redes sociales pregunté la cantidad de plataformas a las que se tiene acceso y las respuestas fueron varias, pero hubo un patrón que llamó poderosamente mi atención: aunque el consumo promedio se ubicaba por arriba de tres servicios distintos al mes, al menos 1 de cada 3 encuestados mencionaba haber cancelado alguna suscripción por falta de tiempo y/o no veía el caso a seguir pagando un servicio que no utilizaba, es decir optimizar los recursos de casa.
Al final muchos especialistas de forma muy apresurada, desde mi humilde punto de vista, en cuanto los servicios de streaming ganaban adeptos salieron a gritar que “¡La tele había muerto!”, sin embargo, gracias al mismo análisis de YouGov, se ha observado que justamente utilizando un modelo similar al televisivo, en donde salgan comercial cada cierto tiempo, los usuarios mexicanos estarían dispuestos en conservar sus suscripciones a cambio de menores costos.
Hoy estamos en un punto de quiebre, o se especializan al máximo los servicios VoD o se “televisan” los esquemas de negocios, en el intermedio lo único que podemos implorar es que como usuarios se nos respete, porque algo que sí se ha promovido es que de manera lateral la piratería ha ido un poco atrás, con todo lo que esto implica, sin embargo, esa es otra historia que con más calma trataremos en alguna ocasión.
De momento y aprovechando la temática, si cuentan con Disney+ háganse un favor y vean Bluey, que no los engañe el formato es una serie infantil que todas y todos debemos ver.
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