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Lito (Cuento) #LaMagiaDeChivis


Silvia del Carmen Meléndez Vázquez


Para contar historias, anécdotas, para narrar episodios que pasan en todo nuestro universo nuestros 5 sentidos pueden ser los receptores de lo que vivimos. Luego entonces para contar una historia no basta con saber escribir, también hay que tener la valentía para hacerlo por eso, muchas historias empiezan desde las ideas locas que tiene nuestra imaginación y para compartirlo pudo haber sido provocado por una película, un libro o tan solo haberlo visto en redes sociales.


La historia de hoy empieza así: ella era una niña muy alegre en un pequeño pueblito de algún lugar del mundo ,como de muchos lugares vistosos con hermosa gente.


En una tarde muy soleada mientras las aves cantaban, las lagartijas jugaban, donde la tele aun no existía y todos se reunían en familia; afuera de la tienda “la tía Eros” llegó. Amy muy contenta de regreso de la escuela con abuelita Eros a su lado, o como solo ella le podía decir “mi amada Eros”, la esperaba sentado su abuelito Milán, quien, con porte único, su sombrero elegante, su mejor camisa , con su perfume que era inolvidable, una sonrisa de oreja a oreja. En sus manos, detrás de él tenía una sorpresa para Amy; había estado ahorrando para ver ojos de Amy llenos de ilusión. Luego entonces llegó Amy y saltó a los brazos del abuelo pidiendo una historia como todos los días él le contaba amorosamente, pero esta vez se encontró con un no. Ante esto la pequeña Amy quedo sorprendida y triste por lo que preguntó: ¿Por qué?


Se quedó parada y sin saber que decir ante ese “no”, antes de poder decir algo, su abuelo continuó:

-Primero te daré una sorpresa muñequita hermosa, levanta esa cara de duraznito recién cortado dijo el abuelo.


En ese momento Amy pudo ver como su abuelo movía las manos detrás de él y la ansiedad iba creciendo en ella. De pronto vio como su abuelo revelaba poco a poco la sorpresa que escondía detrás de él.


-¡Ah! Exclamó de sorpresa Amy


Amy toma entre sus manos el bello muñeco y salta nuevamente encima de su abuelo llenándolo de besos y muchos abrazos, ella estaba feliz por el regalo de toda la emoción, casi tira a su abuelo, ya que él nunca había tenido la oportunidad de hacerle un regalo y sabía que el abuelo había hecho el esfuerzo económico para comprar su juguete.


Amy a partir de ese momento escogió a ese muñeco como su juguete favorito. Después entró a la tienda a contarle a la abuela Eros, ella estaba feliz con el regalo.


Amy dijo "le pondré un nombre" pensó y pensó…. ¿Cómo le pondré? ¡ya se!!! Se llamará “Lito”.


El abuelo un poco desconcertado por haber escuchado tan peculiar nombre, preguntó "por qué Lito"


Con una sonrisa del tamaño del pueblo respondió la niña eternamente feliz "porque es la terminación de abue – “lito”.


El abuelo comprendió la importancia de aquel muñeco que con tanto esfuerzo le pudo dar a Amy. Segundos después la abuela Eros le dijo al abuelo Milán "mira a la niña". Amy estaba arrullando a Lito empieza a fluir una pequeña canción iba así:

"Lito, eres mi Lito

Lito, eres mi amor

Cantemos hoy solititos

Lito de mi corazón"


Y la emoción de Amy y el abuelo Milán a partir de ese momento se eternizo al escuchar la canción.


Lito se volvió su mejor amigo, eran inseparables se contaban todas sus historias. A partir de ese instante Amy, abuela Eros, abuelo Milán todos los días se sentaban afuera de la tienda, oían y contaban historias entre ellos en esos atardeceres hermosos que se contemplaban día a día, y de ahí en adelante, para Amy las historias seguirán fluyendo eternamente en aquel pequeño pueblito.



Silvia del Carmen Meléndez Vázquez

“La magia de Chivis”


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