Fernando Salinas #SociedadDelEspectáculo
Mientras preparaba la redacción de esta semana, mi celular me notificó otro hecho doloso: el asesinato del periodista Roberto Toledo en Zitácuaro. El abogado y periodista de 59 años, colaborador del portal Monitor Michoacán fue baleado por tres sujetos.
“Exhibir corrupciones de gobiernos corruptos, de funcionarios y políticos corruptos, nos llevó a la muerte de uno de nuestros compañeros. No puedo hablar mucho, no puedo decir mucho”.
Comenta Armando Linares, director del portal Monitor Michoacán y no es para menos, que este es el cuarto asesinato en lo que va del mes. La diferencia de este caso concreto es que el medio dice saber “de dónde vino el ataque” pues tiene nombres de las personas detrás…
Inmediatamente decidí darme a la tarea de platicar sobre este tema y es que es impensable, a día de hoy, que México sea el país a nivel MUNDIAL más peligroso en el que un periodista puede ejercer su profesión. Alguien que es vulnerable, que no gana los miles de pesos, ni mucho menos tiene los recursos suficientes para protegerse ante personajes nefastos que buscan “taparles el hocico” a punta de plomo y los obliga a tomar otras medidas como: cambiar rutas hacia la casa y trabajo de forma constante; a analizar y vigilar cualquier comportamiento del que ningún otro civil debería de preocuparse. Y ni hablar del trabajo extra temporal, los lugares a veces recónditos a los que son enviados, la responsabilidad periodística que cargan sobre sus hombros etc. etc.
Son, así: personajes públicos, en conflictos con gente poderosa y que cuentan con poco o nulo apoyo del gobierno que se vuelven importantes hasta que son asesinados. En el mundo actual, todos en mayor o menor medida somos víctimas de la insensibilidad social.
El lector es un ser insensible con aquel que hace un trabajo para él, uno de los trabajos más nobles quizá y me atrevo a decir, incluso más noble que la medicina. ¿Por qué? ¿Cuántas veces los medios no han dado la cobertura ante las protestas que ha habido en el sector salud? La falta de medicinas, insumos e incluso despidos injustificados del sector salud se han unido al unísono en una sola voz gracias al respaldo de los periodistas. Su voz es escuchada, algo que lamentablemente no es recíproco por casi ningún otro sector de la población para ellos…
¿Debería el gobierno darle protección a los periodistas?
Es un tema del que se habla mucho y a la vez no porqué ya existe una Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas desde el año 2012, y en su haber tiene un aproximado de 1500 protegidos para los que se adoptan diferentes medidas de protección para evitar actos de violencia que puedan escalar hasta lo indeseable. Sin embargo, desde su publicación en el DOF al menos un aproximado de 100 periodistas han sido asesinados. Un número alarmante si consideramos que sólo desde la década de los 90’ más de 2600 periodistas han sido asesinados a nivel global. Eso representa el 3.8% del total ¡Y en solo 8 años y medio!
¿Por qué no se ven resultados a pesar de la publicación de esta ley? De acuerdo con muchos periodistas es una ley muerta. Desde el momento en el que hay un quiebre con el poder que la otorga, el sistema tal cual deja de funcionar. En consecuencia, se dejan de velar por los intereses de los periodistas. ¿Cómo?
Según datos del sitio DW Noticias, un periodista es agredido cada 12 horas. Ante semejante volumen de casos, el 90% de ellos queda impune.
A través de la nula iniciativa de crear organismos reguladores que se encarguen de velar por los intereses de los periodistas a nivel local o mínimo, estatal. No existen las herramientas para que las autoridades puedan tomar cartas en el asunto.
Se ha comprobado que existe un mal manejo de la protección. De acuerdo con la organización “Yo soy periodista” se sabe que incluso se ha dado protección a blogueros involucrados con organizaciones criminales.
Se sabe de la existencia de funcionarios públicos locales que también ejercen violencia contra los periodistas. Desde el momento en que un funcionario no es capaz de hacer respetar una ley creada con el fin de proteger a aquellos para los que sirve, se vuelve un sistema inviable, corrupto.
¿Existe salvación para el gremio?
El mal manejo de la administración pública es el principal problema. Es la punta de un iceberg que no parece tener solución, más aún, si desde Palacio Nacional cada día se menosprecia y persigue este trabajo y se reemplaza por politiquería barata que busca desestimar y ridiculizar el libre ejercicio y acceso de la información. Mientras que en los Estados más violentos del país se suplanta el poder estatal elegido “democráticamente” por narco gobiernos que en sus entramados controlan y someten a las fuerzas policiales y militares. ¿Mencioné que el 57% de las agresiones se dan en Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Veracruz?
No importa que tan fuerte las asociaciones y organizaciones griten ¡NO SE MATA LA VERDAD! Sin un respaldo sólido de un gobierno que sólo busca fines específicos y que permitan la permanencia de los guindas en el poder, se mira un futuro turbio para los periodistas de cara al final de este sexenio.
¿Podrá López Obrador trabajar tranquilo en Palacio Nacional sin que los gritos y voces de los 28 periodistas asesinados durante su sexenio resuenen?
Bình luận