Twitter: @CarlosAVM_
Cuando mencionamos términos como democracia, participación ciudadana y consultas públicas (ahora que están muy de moda), normalmente se considera que quienes deben intervenir son los "ciudadanos", quienes se identifican al menos para el caso de México, como todas aquellas personas que cuentan con la mayoría de edad y que ya tramitaron su credencial de elector (emitida por el Instituto Nacional Electoral; para los amigos INE). Sin embargo esta concepción de participación simplemente se ciñe a un estadio meramente electoral, que no va más allá de despertarnos temprano cuando hayan jornadas electorales para depositar nuestro voto en las urnas.
Hoy en día, la participación ciudadana, en su concepto más completo necesita que todos quienes integramos la sociedad mexicana, nos involucremos en los procesos electorales, de gestión, en la toma de decisiones y demás espacios de la esfera pública, en los que los marcos normativos permitan el involucramiento.
Hasta este punto, en el país hemos realizado avances verdaderamente monumentales, en al menos los últimos 20 años, sin embargo, niñas, niños y jóvenes, tal parece que no habían sido tomados en cuenta en la historia democrática mexicana. Desde finales de los noventas, se ha puesto interés en el involucramiento de este sector de la población, aunque por el grosso de la población todavía no sea un ejercicio realmente aceptado. Como lo comenté al principio, debemos de dejar de considerar a la participación y a la toma de decisiones como acciones aisladas, por ello, desde los 90's, el hoy Instituto Nacional Electoral, genera consultas infantiles y juveniles, con el objetivo de promover la importancia de la participación integral de niños, niñas jóvenes del país.
A unos días de haberse llevado a cabo la consulta juvenil e infantil, hoy estamos a la espera de los resultados y la capacidad de participación que se registró, hara visible que tanto los mayores, están interesados en la promoción de la participación.
