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Es tan común que dos o más partidos políticos sumen fuerza en una contienda electoral, sobre todo cuando los partidos políticos por determinadas circunstancias no juntan más personas que un atropellado y en este caso no queda de otra más que “echar montón”.
El detalle está que a la hora de gobernar – en el caso de resultar triunfadora la coalición- es mucha gente la que quiere el poder y es entre muchos que ese poder se repartirá, tanta gente hay inmiscuida que la ingobernabilidad triunfa y el desfalco se intuye desde la candidatura, misma que une a partidos de corrientes políticas contrarias y rivales incluso de los mismos partidos.
Tal vez no sea buena idea tener un Presidente Municipal producto de una coalición de más de 2 partidos políticos, lo mismo pasa con Gobernadores… Quizá esa unión sume, pero al final -están juntos pero no revueltos- y la división terminará restando.
L. Ernesto F. Calderón